AMENAZA
Manos grandes, ojos grandes,
labios demasiado duros,
hostiles se me aproximan.
Un mundo de seres malos
ante mí se contorsiona
amenazador, oscuro.
Estallan las rencorosas
frentes. Sangran esquivos
los ojos. Espumosos odios brotan
contra mí; pero yo sigo
con mi soledad inocente
por un cristal defendido.
Sólo me hieren las luces,
los dolores enemigos.
Manuel Altolaguirre