ÚLTIMAS
Yo me lancé a la vida,
audaz, desnudo,
apretada una rosa
en cada puño.
Y no he hecho nada,
aquí estoy sentadito
a la ventana.
He sido siempre el hombre
de última hora,
el que pierde ocasiones
y el que llora.
Soy el que corre
por andenes vacíos
el postrer coche.
Yo era como una hoguera
resplandeciente,
danza de llamas blancas,
rojas y verdes.
Ahora soy humo,
una antorcha caída
al pie de un muro.
Baldomero Fernández Moreno