Ya no soy profesor, médico ni poeta,
por obra de tu gracia, por ley de tu candor,
desde su rama altísima una alondra decreta:
Usted es un pastor. Usted es un pastor.
Oh venturoso oficio áspero y delicado,
ahora soy pastor, lo mismo que David.
Delante de mi choza tengo un olmo plantado,
un olmo vigoroso... Tu recuerdo es la vid.
Baldomero Fernández Moreno