A LOS PRESAGIOS DEL DÍA DEL JUICIO
Cenizas que aguardáis aquella trompa
para unir las especies desatadas
con que al Juicio final serán llamadas
las almas puras con gloriosa pompa,
cuando la voz de Dios, abriendo, rompa
los mármoles y losas más pesadas,
porque salgáis unidas y apuradas
en forma a quien el tiempo no corrompa.
No puede estar ya lejos, pues es cierta
aquella confusión, cuya agonía
los dormidos espíritus despierta.
Antes, en este caso juzgaría
que ver cosa inmortal, sin tiempo, muerta,
es ya de los prodigios de aquel día.
Juan de Tassis y Peralta
Conde de Villamediana