AMOR DE CETRERÍA
Las siete y mengua la tormenta
el gris acero de las nubes se disuelve
en rosa tenue y pareciera
decirnos está bien, hay tregua
como si el cielo nos pusiera una cara
de niño o de cordero antes
de entregarse a la negra noche
sedienta que lo espera para acunarlo
en el más claro de los sueños
y venga así a nosotros
demente y hermoso al otro día haciéndonos
olvidar bajo el pacífico
sol la tormenta por entero
como si el viernes de la cruz fuera contiguo
y sólo uno con el nacer dulcísimo
que se renueva sin cesar
hasta esa hora ciega parada ahí enfrente
donde ni siquiera el amor
te salva cuando la noche olvida ser madre
para salir de caza
Diana Bellessi