PENA
Este hastío, esta pena o esta melancolía con que te miro, Noche, solo mitad es mía.
Una serie infinita de seres abolidos se asoma persistentemente a mis sentidos y me congela el alma con diabólico influjo.
Lleno de muertos , soy un nigromante, un brujo que ve lo que otros vieron, que oye según la vieja costumbre. En realidad no tengo ojo ni oreja.
De modo que esta angustia de contemplar tu abismo,
esta tendencia al llanto, Noche que eres yo mismo,
es la máquina bárbara que aún se encanta o se aterra.
La Tierra es toda espíritu y yo todo de tierra.
Ezequiel Martínez Estrada