PSIQUIS Y AMOR
Arriba, el sol en llamaradas rojas
Envuelve el bosque; mas sus vivas llamas
Al pasar por los claros de las hojas
Toman el tono de las verdes ramas.
Todo reposa en el paraje umbrío,
Todo respira bienhechor descanso:
La luz, el aire, hasta el revuelto río
Se adormece en la curva del remanso.
Y allá en el fondo, se levanta el grupo
De Psiquis y de Amor, siempre impasible,
Viviendo con la vida indefinible
Que un arte excelso transmitirle supo.
Y hoy y mañana pasarán las horas,
Y sobre el pedestal donde la yedra
Enlaza sus guirnaldas trepadoras
Con las hojas de acanto de la piedra,
En un abrazo interminable unidos,
Y medio ocultos por ramaje espeso,
Psiquis y Amor en mármol esculpidos
Eternamente se darán un beso.
1898
Francisco A. de Icaza