SONETOS DE LA ROSA ENAMORADA DE SÍ MISMA
V
Es natural que el solo pensamiento
sea de la rosa, vana y ambiciosa,
unirse al esplendor: esplendorosa
queda la rosa de este casamiento.
Se entiende así por qué su atrevimiento,
por qué insiste la rosa jactanciosa
en amar al primor, pues primorosa
la rosa queda de su ayuntamiento.
Candorosa, amorosa, cuánta henchida
reunión de nombres, y qué bien le vienen;
bien hace sólo al preferir lo bello
y mejor todavía, cuando olvida
que el rencor y el dolor también la tienen
agarrada, a la rosa, por el cuello.
Fernando del Paso