EL TRIUNFO
El placer que rebosa en mi alma,
Zagalas del Dauro, festivas cantad:
El Amor ha dejado los cielos,
Y el nido en mi pecho por siempre hizo ya.
¿Qué ventura en la tierra hay que iguale
Al sumo contento que ofrece el Amor?
Los sentidos, el alma y potencias
A tanta delicia bastantes no son.
En el bosque de nardos y rosas
Al fin de mi amada vencí la esquivez:
Tuya soy, pronunciaron sus labios;
Y al punto en sus labios su aliento espiré.
Blando lecho brindaron las flores;
La tórtola amante más tierna gimió;
Y las ramas de un sauce inclinando,
El hurto dichoso cobija el pudor.
Francisco Martínez de la Rosa