II
AL SEPULCRO DE GÓNGORA
Yace, mas no fallece en la copiosa
que admiras urna, oh peregrino, el que antes
mármoles culto acentuó elegantes
que su lira se oyese espaciosa.
Tu admiración revoque ponderosa,
aquella que aún sus pórfidos sonantes,
bien que vano, morder con vigilantes
quiere duros aceros, lagrimosa.
La atención su holocausto sea debido,
la ceniza alumbrando en sus altares
cuanto el pórfido culto esplendor sella,
cuanto el mármol no puede enternecido,
aun desatando en lagrimosos mares,
dar a entender con sola una centella.
Francisco de Trillo y Figueroa