V
HABLANDO CON SU DAMA YA DIFUNTA
Cobrote el cielo en tu primer mañana
humana flor, no muerta, interrumpida,
en fe de que viviste aquí ofendida
ese instante no mas que fuiste humana.
¡Qué temprano quedó tu nieve, o grana
de las iras del viento sacudida!
¡Qué tarde a mis esperanza con tu vida
has enseñado a escarmentar de vana!
Si es que a la patria de la luz que pisas
ruego mortal de amante voz alcanza
es mérito de amar lo que no veo.
Si es que tu arbitrio en tu poder avisas
pues sabe que moriste mi esperanza,
haz que sepas que falte mi deseo.
Gabriel Bocángel