XXXII
Vuestra carrera creo y la imagino,
pues sólo deja señas de creída.
Yo os vi tan uno que os sobro una vida,
veloz Marqués, alado Bernardino.
La saeta en el viento cristalino
no sólo alcanzaréis, haréis dormida.
Tarde os puse la vista en la partida;
tarde, porque primero fue el camino.
La vista os une, el número os difiere;
ambos dicen verdad, aunque ninguno
de su verdad efectos manifiesta.
No permitáis que os dude quien os viere;
haced, por parecer dos, otra fiesta,
que, de igual, no se alaba lo que es uno.
Gabriel Bocángel