LXVII
Felice yo, si de mis sueños tiemplo
lo rápido en aqueste precipicio.
Templo fue aquel ayer, hoy es su indicio.
¿Adónde huyo, si padece el templo?
Justo, aunque adverso, Jove, te contemplo,
si el aviso anticipas al suplicio,
y, vengativo menos que propicio,
si lo que atiendo en ti logro de ejemplo.
Mas, oh padre del cielo, en cuanto yace
sublime a tu poder grande y prescrito,
por criador te arguye tu aspereza.
¿Delinque a caso lo que excelso nace?
¿Es delito el ser mas?, y si es delito,
fulmina Jove a la naturaleza.
Gabriel Bocángel