A NO SER EN TUS MANOS
A no ser en tus manos,
donde mejor me encuentro es en el mar,
allí empiezo a leer hojas a los peces
—en el bosque leo peces a las horas—,
en las hojas del nogal he aprendido.
En los ojos de los hombres nada veo,
a veces les cuelga una lista de muertos
de las sucias pestañas.
Por eso retorno a tus manos,
que siempre me ofrecen un mendrugo de paz.
Gloria Fuertes
Tomado de Poeta de Guardia. Ciencia Nueva. Madrid. 1968