A LAS ESTRELLAS
Reina el silencio: fúlgidas en tanto
Luces de amor, purísimas estrellas,
De la noche feliz lámparas bellas,
Bordáis con oro su enlutado manto.
El placer duerme y vela mi quebranto,
Y rompen el silencio mis querellas,
Volviendo el eco, unísono con ellas,
De aves nocturnas el siniestro canto.
Estrellas, cuya luz modesta y pura
Del mar duplica el azulado espejo,
Si a compasión os mueve la amargura,
Del intenso penar por que me quejo,
¿Cómo para aclarar mi noche oscura
No tenéis ¡ay! ni un pálido reflejo?
1841
Gertrudis Gómez de Avellaneda