LLANURAS CRUELES
Tú, fétida llanura, no has podido
redimirte jamás. Célibe y tosca
semejas el jaguar cuando se embosca
para el asalto al cabañal dormido.
Yo pisé tu crueldad y estoy herido
por tu aguijón y tu agresiva mosca,
y te aguanto en la zarza que se enrosca
contra mi campamento dolorido.
Tengo tu sed y tu nocturna gala
y oigo los grandes gritos que me gritas,
y el golpe intenso y violador de un ala,
y miro, entre figuras inauditas,
que una serpiente fálica resbala
por esas intemperies infinitas.
Germán Pardo García