URZAINQUI
Tierra de Ios Cruchaga
Ver de nuevo la iglesia, el caserío,
nuestra casa de piedra, el pueblo austero
y oír pasar por el silencio el río
que en la roca labró el desfiladero.
Sentir de nuevo el ramalazo frío
que forjó el corazón del guerrillero,
mirar el campo que debió ser mío,
mi patio, mi ventana y mi lucero.
Entre la lluvia de un rincón de España
respirar hondo el aire de la hazaña
que puso en fuga al águila francesa
y recibir el ramo de alegría
que el sueño más feliz no presentía:
la dicha de la sangre que regresa.
Juan Guzmán Cruchaga