EPITAFIO PARA UN POETA
I
Antes de que las nieblas descendieran a tu cuerpo
antes del grumo de vacilación en los ojos de tu máscara
antes de la muerte de tus hijos primeros y de los bajos fondos
antes de haber equivocado la tristeza y la penuria
y el grito salvaje en el candor de un hombre
antes de haber murmurado la desolación sobre los puentes
y lo espurio de la cópula tras la ventana sin vidrios
casi cuando tus lagos eran soles
y los niños eran palabras en el aire
y los días eran la sombra de lo fácil
cuando la eternidad no era la muerte exacta que buscábamos
ni el polvo era más verosímil que el recuerdo
ni el dolor era nuestra crueldad de ser divinos
entonces cuando se pudo haber dicho todo impunemente
y la risa como una flor de pétalos cayendo
entonces cuando no debías más que la muerte de un poema
eras tuyo y no mío y no te había perdido
Homero Aridjis