TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA
EL CARPINTERO DE NAZARET
Quiso el buen Carpintero terminar un estante,
y encorvado en su banco, desde hora muy temprana,
escofina y garlopa manejando se afana
hasta que la madera queda lisa y brillante.
Ha visto muchas veces, con gozo en el semblante
que a la sombra de un árbol, ya la noche cercana,
a su lado la Virgen y su madre Santa Ana
a sentarse han venido con el Divino Infante,
En el aire ardoroso no se mueve una hoja,
y san José el escoplo dejó caer cansado,
el sudor enjugándose que las sienes le moja;
pero Jesús, la frente cercada de áureo brillo,
sigue en el fondo oscuro del taller, inclinado,
viendo virutas de oro volar de su cepillo.
Ismael Enrique Arciniegas