RAFAEL POMBO
Cuerpo pequeño y frágil que los años
débiles para herir su pensamiento
ultrajaron: andar menudo y lento
del que estorbos evita y desengaños.
Los ojos de bondad tórnanse huraños
si se habla de sus triunfos; pero atento
para animar los brotes del talento,
se goza en aplaudir propios y extraños.
Aún los ensueños con sus canas juegan,
y aunque no quiera, siempre su memoria
triunfa doquier que sus estrofas llegan.
Es verdad que lo abruma tanta gloria;
si no, vedle, sus hombros se doblegan,
cual presintiendo el peso de su historia.
Julio Flórez