ANILLO
II
Aunque el deseo precipita un culto
Que es un tropel absorto, da un rodeo
y en reverencia cambia su tumulto,
Sin cesar renaciente del deseo...
Sobre su cima la hermosura espera,
Y entregándose toda se recata
Lejos —¿cómo ideal y verdadera?—
Tan improbable aún y ya inmediata.
¡Es tan central así, tan absoluta
La Tierra bien sumida en universo,
Sin cesar tan creado! ¡Cuánta fruta
De una sazón en su contorno terso!
El amor está ahí, fiel Infinito
—No es posible el final— sobre el minuto
Lanzando de una vez, aerolito
Súbito, la agresión de lo absoluto.
¡Oh súbita dulzura! No hay sorpresa,
Tan soñado responde el gran contento.
Y por la carne acude el alma y cesa
La soledad del mundo en su lamento.
Jorge Guillén