A CORREO VUELTO
(AL POETA JOSÉ RODAO)
¿Sablazos entre poetas?
¡No llega la sangre al río!
Allá va ese libro mío
que no vale dos pesetas...
¡Y no es modestia de autor,
no, señor!
¡Es que le faltan dos reales
para tener de valor
las dos pesetas cabales!
¡Pero aunque ciento valiera!
¡Bueno fuera!
que siendo usted segoviano
y siendo yo salmantino,
no se hiciera honor entero
a aquel dicho decidero,
netamente castellano
que dice «de herrero a herrero...»!
(Si tiene algo suyo a mano...
Y sabe usted, compañero.)
Allá van mis Campesinas
con fraternal abrazo.
¡Y gracias por el «sablazo»!
¡Y dígame «sin pamplinas
y sin gastar etiqueta»
si es verdad que, bien tasadas,
no valen las dos pesetas
mal contadas!
¡Es tan saludable oír,
si se dice la verdad,
un «Deje usted de escribir
por toda una eternidad»
o un sincero
«Siga por ese camino
porque ese es el verdadero»!
¡Es tan grato
saber que a uno se le trata,
no con perfidias de gato
muy buenas... para la gata...,
ni con falsa cortesía,
ni con saña venenosa
que el recio juicio extravía,
ni con cegador cariño
que envanece al hombre-niño,
sino con un buen amor
que exprese el justo sentir
con un prudente decir
sedante y educador!...
¡Ganase tanto el que hablara!...
¡Y aprendiera
tanto el que bien escuchara
la sincera
voz leal que le ilustrara!
Pero bastan reflexiones;
allá van mis Campesinas
con esas dos condiciones:
que me diga sin pamplinas
y sin gastar «etiqueta»
si es verdad que, bien tasadas,
no valen las dos pesetas
mal contadas,
y que, como entre poetas
«no llega la sangre al río»,
y es gran dicho decidero
el de que de «herrero a herrero...»
Ya sabe, tocayo mío,
lo que espero.
José María Gabriel y Galán