MI VOZ, TU VOZ
Mi voz, mi voz, las voces de tu aliento,
de tu mano de raso y aceituna,
de mi párpado herido por la luna,
de tu risa perdida por el viento.
Tu voz, tu voz, mi voz en el acento
de la ráfaga, corza sin fortuna,
de la canción desmantelada en una
tormenta contenida en un lamento.
Tu voz, mi voz, tu voz, la voz unida
de mi pecho y tu labio, repartida
ya entre mi isla y tu jardín del día.
Vete, por Dios. La vida se me puebla
de amarga flor, de nieve sumergida
y apretada ceniza de tiniebla.
Juana de Ibarbourou