ODA XXXV
DE MIS DESEOS
¿Qué te pide el poeta?
Di, Apolo, ¿qué te pide
cuando derrama el vaso,
cuando el himno repite?
No que le des riquezas
que necios le codicien,
ni puestos encumbrados
que mil cuidados siguen;
no grandes posesiones
que abracen con sus lindes
las fértiles dehesas
que el Guadiana ciñe;
ni menos de las Indias
la concha y los marfiles,
preciadas esmeraldas,
lumbrosos amatistes.
Goce, goce en buen hora,
sin que yo se lo envidie,
el rico sus tesoros,
sus glorias el felice;
y el mercader avaro,
que entre escollos y sirtes
de oro vaga sediento,
cuando la playa pise
con perfumados vinos
a sus amigos brinde
en la esmaltada copa
que su opulencia indique;
que yo en mi pobre estado
y en mi llaneza humilde
con poco estoy contento,
pues con poco se vive;
y así te ruego sólo
que en quietud apacible
inocentes y ledos
mis años se deslicen,
sin que a ninguno tema,
ni ajeno bien suspire,
ni la vejez cansada
de mi lira me prive.
Juan Meléndez Valdés
Incluido en Biblioteca Virtual Cervantes.