DOÑA LUZ
III
En la fotografía conserva para siempre el mismo rostro. Las fotografías son injustas,
terriblemente limitadas, esclavas de un instante perpetuamente quieto. Una fotografía es como una estatua: copia del engaño, consuelo del tiempo.
Cada vez que veo la fotografía me digo: no es ella. Ella es mucho más. Así, todas las cosas me la recuerdan para decirme que ella es muchas cosas más.
Jaime Sabines