XIV
De tres en tres, amor,
de cuatro en cuatro,
con su canción de aves nocturnas en bandada,
han estado pasando los coches por la casa.
Y yo, que a veces vivo
por fuera de tu sueño,
casi un desprevenido sonámbulo entre ellos,
no he querido evitar sus aleteos
de luz sobre las sábanas,
que llegaban con prisa,
te amaban la cintura,
buscando la salida por tu espalda.
Por septiembre
se te llenan de humo los síes en la boca.
Luis García Montero