XXVII
Y para celebrar
que la niebla también nos pertenece,
revolvemos recuerdos, desperdigamos libros
ajenos y periódicos,
perseguimos un mundo de impermeables viejos.
—Noviembre es un desorden
sentimental, me dices.
Nos besamos entonces
y tus ojos, los míos,
empiezan a echar humo
para poblar las dudas de las habitaciones,
salir por las ventanas de la casa,
enredarse en las calles y atravesar los barrios,
haciendo que se anegue la ciudad,
mientras, amor, me dices débilmente
que no vuelves conmigo
por ahora.
Luis García Montero