GLORIA SOLAR
Al pie del tala inmóvil y sombrío,
Rueda lentejas de oro el manantial,
Y un canto, trïolïo, trïolïo,
Rompe al sol de la siesta: el cardenal.
Brilla la brasa audaz de su copete
Con un erizamiento casi cruel;
Y su arrogancia de gentil cadete
Florece en ella como en un clavel.
Mientras con perezoso cuchicheo
Sopla el bochorno un hálito de fragua,
Pule como un diamante su gorgeo,
Sutil cristal en que se alegra el agua.
Leopoldo Lugones