Van-Dick
UN PRÍNCIPE DE LA CASA DE ORANGE
A este joven señor, tan bellamente
vestido, blanco el traje y la gorguera,
blanca la tez, envuelve en luz poniente
el oro viejo de su cabellera.
De su apostura la elegante gracia
tiene una laxitud de laxitudes,
y en el pecho, podridas, las virtudes
de su clara y fatal aristocracia.
Tedio y desdén en la orgullosa frente,
vago pesar en la mirada infausta....
lujosísima espada en joyas rica.
Cruza una banda el busto indiferente.
Blanca mano espectral, de sangre exhausta,
y en la mano un limón, que significa...
Manuel Machado