EVOCACIÓN
Al final de este viaje
he inclinado mis sueños
sobre la barandilla de su nombre.
El agua turbia de la sombra
ha metido la noche
hasta los corazones.
—Muchedumbres inmóviles
están asediando el horizonte.—
He apretado su imagen
contra mi desconsuelo,
y la luna, apoyada en los cristales,
es el frío
deshielo
de su frente.
Un perfume imprevisto
la enciende en mi memoria;
tiene el “filing” latino
su actitud de dulzura.
Oh su carne platónica,
inocente
geometría que descansa en su seno!
La sonrisa es la flor del equilibrio orgánico
y el campo
la estremece,
bajo mi abrazo
panorámico.
Pero a pesar de todo,
el otoño
inquilino
regó de hojas secas su recuerdo.
Oh mi novia lejana
humareda romántica
de los primeros versos.
Manuel Maples Arce