ALMA Y JARDÍN
Ya del invierno la estación avanza
y este jardín por el verano muerto,
acaso en breve se verá cubierto
con fértiles verdores de esperanza.
A él volverán, en parlanchina danza,
los pajarillos gárrulos del huerto,
y hasta el callado surtidor, abierto
preludiará en la noche su romanza.
Amustiado jardín: con qué tristeza
—hoy que el invierno pertinaz empieza—
miro que bajo el riego resucitas.
Y que mi corazón que esperó tanto,
hace mucho se baña con mi llanto,
y es siempre el mismo erial de hojas marchitas.
Miguel Rasch Isla