CANTOS
A LA LIBERTAD
«¡Libertad! ¡Libertad!» sonó en los cielos
mas no en el seno oscuro de la Tierra,
cayéronsele al siervo las esposas,
rotas no, sino sueltas.
De las manos cayéronle, y del suelo
la Ley las recogió, piadosa y seria,
le ató los pies con ellas, hechas grillos,
y quedó satisfecha.
Mientras no suene el grito en lo profundo
del seno inviolado de la Tierra,
andarás, Libertad, tú por los cielos
y tu esclavo a la gleba.
¡Libertad! ¡Libertad!, si quieres libres
a tus esclavos, date tú por presa,
baja del cielo y de la pobre Madre
en las entrañas entra.
Mientras la Tierra cotos sufra y vallas,
y los campos de Dios sean dehesa
irán sus hijos con las manos libres
y arrastrando cadenas.
Baja del cielo, Libertad sagrada,
hazte carne en el seno de la Tierra,
y entre dolor y sangre un día hermoso
nos nacerás entera.
Ven, redentora, fuente de esperanzas,
la pobre Madre con afán te espera,
ven, hinche pronto su regazo santo
y tráenos vida nueva.
Día de redención, de amor, de gloria,
será el día del parto, en primavera,
y de sangre y dolor, de sol y vida,
cuando tú te hagas nuestra.
¡Baja del cielo, Libertad sublime,
y humillándote al mundo hazte terrena,
rompe los grillos del derecho infame,
y ensánchanos la Tierra!
Miguel de Unamuno