XLVII
MI DIOS HEREJE
Salmo CIX, 28. 1
Carlyle
Aunque ellos me maldigan qué me importa
si me bendices Tú, mi Dios hereje;
Tu santa diestra mi destino teje
y Tú me enseñas que la vida es corta
y muy larga la muerte. Me conforta
Tu silencio mandándome no ceje
de lanzar a este viento que nos meje
mi voz que a inquietarse les exhorta.
Mientras de mí, Señor, Tú no recabes
que aquel nuestro secreto al fin divulgue
yo de ellos no me quejo, ya lo sabes,
y encuentro natural se me escomulgue;
muy justo es que la Iglesia con las llaves
del Pescador rascándose se espulgue.
Salamanca, 29-IX-1910.
Miguel de Unamuno
1 Dice el versillo 28 del Salmo CIX: «maldíganme ellos y bendigas tú; levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo». (Nota del Autor)