ANOTACIONES EN EL DIARIO DE RIMBAUD
I. (África, 1880 - 1891)
He llegado hasta aquí navegando por el Mar Rojo
después de darle muerte al indeseable
Tenía 20 años y era una de las vírgenes locas
Adén es el cráter de un volcán apagado
sin una brizna de pasto sin una gota de agua
No hay nada que ver o tocar excepto lava y ceniza
Monté en mi caballo y atravesé las arenas de Somalia
Ahora me encuentro en Harar la ciudad prohibida
Le llevé rifles y municiones al rey de Soa
pero no me pagó lo convenido el muy cabrón
Me han brotado várices en la pierna
Me duelen mucho y no me dejan dormir
Mientras me afeitaba frente al espejo
vi que el indeseable estaba detrás de mí
con el pelo teñido y las cejas depiladas
Me di vuelta de golpe pero no había nadie
En el desierto los espejismos se burlan de nosotros
Yo me burlo de los espejismos
Me dicen que la pierna se ha gangrenado
que tengo mucha fiebre que debo salir de aquí
Los nativos hicieron una litera de lona
y me cargaron los 300 kilómetros
que separan las montañas de Harar y el puerto de Zeila
II. (Hospital de Marsella 1891)
Vuelvo a mi país después de 16 años de ausencia
Parezco un esqueleto y la gente se asusta de mí
Las mujeres cuidan a los feroces inválidos
que retornan de lugares tórridos
Hoy me amputaron la pierna derecha
La vida es un horror interminable
No sé para qué nos empeñamos en seguir viviendo
El Esposo Infernal se me apareció en un sueño
Tenía un rosario entre los dedos
Tres horas más tarde Dios fue negado
y sus 98 heridas empezaron a sangrar
He tratado de caminar con muletas
pero no he podido avanzar ni un centímetro
Yo que atravesé montañas y desiertos
ríos y mares ciudades y reinos
y a quien llamaban el suelas de viento
Los curas no quieren darme la comunión
Temen que me atragante con la carne de Cristo
Desde mi cama vi la silueta del indeseable
Venía caminando con la pierna que me cortaron
y traía un barco de papel en la mano
Tú estás muerto le dije furioso
Y él dijo: «Yo estoy vivo el muerto eres tú
»Pondrás el barco de papel en ese charco de agua
y llegarás a donde nunca has llegado»
Óscar Hahn