SONETO I
Las mil batallas del coronel y una sola huella
En el fragor de la batalla asoma
hacia la muerte el más osado miedo:
el coronel lo intuye ya, y lo doma,
y a la tropa silencia con el dedo.
Una guerra pensada cual axioma
por estrategas con mucho denuedo;
voz de un coronel suena en la loma
y las espadas sangran en el ruedo.
Atrás quedaron uñas de carneros
en un campo aturdido y ya demente
¡bárbaros que soñaron entreveros!
¡Loas al coronel de los guerreros!
por librar mil batallas en el frente
y dejar su pisada en los esteros.
Alí Al Haded