ESO QUE YO LLAMO PISCINA
No vemos lo grande, no vemos lo chico,
De lo obvio ni que hablar.
Ese ojo de agua que llamo piscina
Tan blanco en principio.
Tan transparente ese agua
Se hace verde en un instante,
Se llena de hojas esas
Las de barquito de remolino.
La tierra de un salto distraído
Se sumerge sin remedio,
Y en un abracadabra natural
Salen ranas , ranitas pequeñas.
Sin saber cómo ni de dónde
Este caldo de maravilla
Se cuece sin fuego, pero con alma
Dándole sentido a la palabra: vida.
Andrés Sergio Chosed