EL AUTOR PLEBEYO Y LA NINFA PRINCESA
Aquella joven ninfa se acercó a mí,
Y yo, cegado por su belleza, me deje llevar
camino de un amor sin fin,
camino de un amor de imaginar.
Más tarde llegó la atroz realidad,
una amargura intensa se hizo notar,
y con la triste y maldita verdad
ante el consejo de contar decidí callar.
Después se fue, e in crescendo
la amargura triste, trepó por mi vereda,
ahora estoy solo, pero más la estoy queriendo.
Sus cartas me muestran la certeza,
mas mi sino puede cambiar y si la fortuna rueda
puede dejar al autor unirse a su princesa.
Felipe Evaristo Gómez Pescador