VUELO
«El inventor de la bala
¿Qué perseguía?».
Gustavo Pereira.
Más triste no puede haber un vuelo.
La madre recorriendo con la vista
el cuerpo sin vida de su pequeño
—"pequeño" a pesar de su edad y tamaño—
por consecuencia del aterrizaje.
(Es tan triste, que el vuelo acechante,
nauseabundo y perverso de las aves
de carroña, a su lado, son sólo
una mofa columbina.)
Despega de un cañón
y, sin curvaturas ni decisiones
se dirige, sulfúrico, a su fin,
—¿se concibe que haya uno?—
penetrando en un cráneo equivocado.
Freddy López