EPITAFIO
A mi Madre
Para mi tumba
no quiero orquídeas,
quiero tan solo
rosas frescas,
la rosa que tú cultivas
la que tiene
tu espíritu y tu esencia.
Para mi tumba
no quiero llantos,
quiero inundarla
de risas tiernas.
Para mi tumba
no habrá tristezas,
habrá tan solo
tu faz serena.
Diciembre de 1985
Gabriela Vadillo Omaña