AFINA SU HORA EL TIGRE
Tus lágrimas se apiadan
Ante los ojos de la púrpura luna
Toda sangre es el inicio del camino hacia el infierno,
Buscas poder mirarte las manos
Para que todos entiendan tu suspiro
Pero la penumbra nunca avisa
Es parte de tu sombra y de tu paso.
Distantes como halcones tus ojos lastiman
Se pierden en la frágil mirada de la isotopía,
Todo tu clandestino temor se anuncia
Es la débil espada con la que acaso brillas.
¿Entender qué? ¿Se pueden entender los abismos
sin buscar su súbita caída?
¿Se puede en la intensa memoria de los fenicios
encontrar la nitidez de la mirada?
¿Se puede intuir la obviedad de la palabra
cuando el pulso del instinto utiliza lo contrario?
Otros soles hablarán de tus mañanas
Pero no yo , que caigo y me levanto;
En la calidez del bosque y su penumbra
Habla el tigre y afina su hora,
Yo soy su espía , implacable
Espero su sangre o la mía.
Hugo Nicolás Taglia