CONSEGNERAI
-I-
He vuelto al Lacio
Después de tanto tiempo.
Sus aires, como otrora, saludaron mi risa
Y abrazaron mis párpados
Ya de tercera edad.
Pero hoy
La chicharra horadó mis oídos.
Yo no conocía su existencia itálica,
Siempre había pensado que sólo era una flor
Del trópico aragüeño.
Posteriormente... me hizo escuchar la Heroica.
Por ello presentí
Que había contemplado la escena.
Escena no deseada
Pero cargante de manifiestos y de ocultos deseos.
Lo entendí cuando el agua
Derramó sus cristales
Sobre lo que fue mi cabellera.
-II-
Pediste, entonces, la soledad
Para lucubrar.
Y vino hacia ti, otra vez, la cigarra.
Ahora más adriática y desafiante.
Fue en ese momento, cuando te enervaste
Por tu deseo de pacifismo incomprendido.
Pero en la distancia has pensado
Que otra cosa no pudo ocurrir.
Así, lograste maldecir y bendecir
Sobre cosas pasadas.
-III-
Después de haber cancelado la factura
Las ramas del erable
Acariciaron tu frente
Y despejaron la incógnita
Del día y de los días...
Era Fatum el que te condujo
Para que entregaras el pedazo de fuego,
Prometeo cualquiera.
La chicharra, ahora más jónica que nunca, lo dijo:
¿No sabías de ti?
Querías robar al Lacio...
Omnium consumatum est
Roma, 10 de septiembre de 1996.
Luis Álvarez