ACTO FINAL
Después de todo
nada conduce a algún sitio,
ni la fe mueve montañas,
pero el fiel de la esperanza
marca a gritos este instante.
Quizá no tenga futuro
ese camino tras los dioses
y tengamos que asumir el sin sentido
como pago a la existencia.
Pero puede que nos nazca
en cualquier risa generosa,
o cualquier musa dadivosa
la ilusión.
Quizá lleguen, de esa forma,
los deseos infantiles
a invadir las apetencias,
y nos veamos tan alegres
cualquier tarde,
en cualquier parque,
dando migas a los cuervos
sin descanso.
Norberto García Hernanz