LOS HUMANOS DERECHOS
El invisible vínculo
que lo consciente anuda,
el mirarse y el verse
tan sólo con palabras,
con esa vibración de las gargantas
que nos refleja y junta.
Esa piedad dulcísima
de amarnos,
de abrazarnos
frente al viento más gélido;
porque somos quien somos
que dijera el poeta,
y ciertamente somos,
mas no en nosotros mismos
—leve hierba que muere
agostada por soles, inclementes e hirientes—,
Sino en la multitud,
en todos los que gimen
bajo un cielo de plomo.
Allí es, junto a los otros
donde unimos las manos,
y acercamos las ansias,
allí es donde nos brota la piedad , la clemencia
que a todos nos cobija,
siendo ya todos uno,
construyendo la especie,
la gleba que atraviesa el desolado páramo,
la grey que se defiende de sus impíos zarpazos
y escribe sus derechos,
su hermandad solidaria,
con la más limpia sangre
que por todos se expande.
Manuel Parra Pozuelo
Incluido en El vulnerado silbo indestructible. I.S.B.N. 84-8454-232-7 y Depósito legal A-168-2003