EL SECRETO
«Yo no quiero morirme»
—dice la niña,
tendiendo hacia su madre
dos manecitas
calenturientas,
cual dos blancos jazmines
que el viento seca.
* * *
Un silencio de muerte
la madre guarda...
¡Ay, si hablara, vertiera
mares de lágrimas!
Besa a su hija,
y aún le fingen sus labios
una sonrisa.
* * *
Del cuello de la madre
la hija se cuelga
y, pegada a su oído,
pálida y trémula,
con sordo acento,
dícele horrorizada:
—«Oye un secreto:
* * *
»¿Sabes por qué a morirme
le temo tanto?
Porque luego me llevan,
toda de blanco,
al cementerio...
¡y de verme allí sola
va a darme miedo!»
* * *
«¡Hija de mis entrañas!
—Grita la madre—
Dios querrá que me vivas...
y, aunque te mate,
descuida, hermosa;
que tú en el cementerio
no estarás sola».
1867.
Pedro Antonio de Alarcón