VIDA INTERIOR TAN SÓLO
También la estrella es una isla viva
que desborda en el aire delantales
de luz y de suspiros transparentes.
Pero se mueve el cuerpo y las espinas,
espinas como lanzas, como flechas,
las venas libres de una sal que vibra
más allá de la cúpula del cielo.
Tiene un alma que vuela, que ilumina
su propia intimidad desintegrada.
Tú, no; tú ves llover desprendimientos,
caer de arpas, sollozar cristales,
géiseres invertidos descendiendo,
sin que un guiño de vida sobresalte
tu inalterable corazón que siente
dentro de sí la soledad gritando
con el brazo del mar a la cintura.
Pedro García Cabrera