GRANITOS DE ARENA
XLIX
Por cruzar tus flamígeros cilicios
mis pájaros del alba ya están ciegos;
son un canto de arena, son los granos
que cubren la extensión de mi desierto.
Tan hondo me has calado sin sentirte
que a la voz de tu sed responde mi eco,
y son tuyas mis cámaras vitales
y tuyos son los bordes del lamento.
Nada resta de mí. Tus pedernales
tomaron posesión de mis viñedos,
y con tu angustia y con la mía al hombro
multiplico por ti mi desaliento.
Te has ensanchado, sí, te has ensanchado.
por los bosques y mares de mi anhelo.
Y llegan tus orillas por mis lares
más allá del nacer del pensamiento.
Te has ensanchado, sí, te has ensanchado
al dilatar mi llanto tu desierto.
Pedro García Cabrera