ALONDRA DEL FARO HUIDO
A Carmen y José Arozena
Te estoy aguardando aquí,
faro, madura manzana,
que vas pasando a cuchillo
las lejanías cerradas.
Te estoy aguardando aquí,
junto a la orilla del agua,
y tú te marchas muy lejos
por calles alborotadas.
Es aquí donde yo aguardo,
a la sombra de la playa,
el ruiseñor de destellos
de tus noches despertadas.
Que es aquí, en la tierra dulce,
y no en las olas amargas,
donde descubre mi novia
sus vertientes de albahaca.
Si no te fueras tan lejos
y acercases tus miradas,
verías qué ola tan dulce
de mármol son sus espaldas
y cómo baten dos mares
la arena de sus pestañas.
¡Ay, faro: si tú la vieras
entrar desnuda en el agua,
no registrarías tantos
horizontes ni distancias;
aquí, con todas tus luces,
vendrías a recordarla!
¡Ay, faro: si tú pudieras
verla tendida en la playa,
quedaríaste en la orilla
como un pescador de caña!
Pedro García Cabrera