A Saulo Torón
Este charco, este pañuelo de agua
que asomado al bolsillo de la roca
abandonó en la tierra la marea,
es todavía mar, un mar inválido
de espumas, y horizontes, y rumores
apenas una lágrima dejada
en el párpado seco de la orilla
pero que lleva impresa en su destierro
el ser la pura soledad de nadie.
(1960)
Pedro García Cabrera