A Presentita Delli Cas
Frente a la mar, cigarro tras cigarro,
espero la palabra que me traiga
la soledad que soy,
esa palabra espejo en la que pueda
adivinar la viva superficie
que emborrona la sombra en mis adentros.
El tarajal que tengo a las espaldas
y las olas que rompen a mi lado,
ni me dan su amistad ni me conducen
a mi interior de pájaro cautivo.
Piedra tan sólo estoy,
piedra de oscuridad sobre los días,
mendigo que se queda a la intemperie
luchando para abrir su propio sueño
con la llave en la mano de sí mismo.
Ayudadme vosotros, los puros, los odiados,
a darme el santo y seña que me lleve
a descubrir mi intimidad de isla.
Dímelo tú, pequeña,
que juegas y sonríes, con tu escoba
barriendo las arenas de la playa.
(1964)
Pedro García Cabrera