EL DESCUBRIMIENTO DE LA ALEGRÍA
un día Raimundo siente que quiere y entra entra en la tierra aquella e
igual al zorzal de ojos escucha la arveja del siglo abiertamente creciendo en lo
infinito distingue las aguas de las aguas se abotona el cinturón de la rosa
épica justamente que vestirse de río o sol adelantado y enorme
parecido a una caricia de árboles al bramido del automóvil apuñaleado en las tinieblas altas a un
ataúd que tiene raíces y además al militar del horizonte el corazón de Raimundo
Contreras sí
ahora al caminar va levantando los pájaros colorados pisa y revientan grandes hongos
dulces que tienen bastante mundo en las pupilas arrumurradas de esteros eternos habla.. y sonríen todas las
materias ¡oh! habla habla y setecientos camarones entusiastas emergen del elemento del universo embanderados los cuadrados
lomos dando olorosos saltos de potrancas en soledad Raimundo entonces Raimundo abraza la vida la monta y
le revienta loros de tinta...peras de gritos agrícolas
entran las guitarras y un gran chacolí rancagüino llora la cueca llorada del roto choro la llora pero la
llora realegremente remolienda de la empanada y la aceituna y el carajo de Raimundo Contreras...gritando y cantando como un arrollado
picante repuchas la naranjada de invierno que anda mamando el güaina
¿en dónde llevará entonces esa tal canasta oceánica de tortillas de rescoldo y aquella cachada de
aguardiente y aquel ancho poncho guacho que declama en la proa de las noches fomentando grandes vientos fuertes corriendo a la orilla del
molino del mundo siguiendo el color arterial de un cielo ausente pero alegre y de carácter rubio y éste y éste bastón para
muchos hombres poderosos que afirma el tiempo y sus techumbres y es un río fragante a pataguas andando y saliendo de la naturaleza
encima del minuto?
diariamente le corresponde la niña cartucha del establo el mate de vino que tiene el vientre agreste entusiasma la situación
subterránea de Raimundo Contreras concursos de huasitas se desgarran los potitos de olla o de fruta...ño Raimundo ño Raimundo
canonizado de cebollas el corredor de Raimundo recuerda bodegas de otoño uncidas a esa gran humedad olorosa y elevada del
año que siempre sucede alrededor de las vasijas
un contentamiento que esplende soberbiamente su elocuencia de copihues en trapos negros sus anchos barriles de chicha de maqui sus ardientes
enormes tunas agobiando lluviosos muros caídos a la tonada del verano en aspecto de animales profundos y su mar
que levanta un pabellón de gritos azules que esplende soberbiamente un contentamiento que esplende
soberbiamente felices pavos reales encima de Pelarco y reviente en Raimundo su huevo de agua saliendo de los
psíquicos cósmicos subterráneos como chorro de inocencia incontestable
Raimundo se formula de dónde emana la tristeza y entiende y adquiere su carcajada
entusiasmo de tomates colocados encima del cielo sobresaliente la sociedad blanca del río que lame noches
verdes erguida de pescados infantiles alzada de labios y cosas en significado de circunferencia
brillante el día trenzado de goteras de boqui la vihuela morena de las lavanderas batiendo su desnudez
feliz orillas del estero -¡qué te parece Raimundo!- y Raimundo arremangándoles las polleras a las
lechugas besándole las tetas a la tarde mordiéndole los pechos a la muerte y de vez en vez
durmiendo en la guatita de las cabritas lamiendo duraznitos que parecen meloncitos que parecen es que que parecen montoncitos de miel
sobre hojuela la vida ¡hay! Rosa gritazos de animal satisfecho y vagabundo flojera de gañan bostezo de
peón hartura de gañan desvergonzado como los zapallos y la Julieta y la María que imponen sus potos calientes y muy
buenos en las arenas tan maduras por debajo del fruto de sombra del sauce humilde y la Carmen
Gómez que parece lloica y tiene gruesas y negras las trenzas
sobre la pechuga de diamante y oloroso a jarcia naviera el melón de las verijas y la rubia
Lucía lánguida como yegua gorda y Rosalía la
colorina la que es semejante a una frutilla de
julio la pequeñita que se esconde en Raimundo y desnuda y mimosa y la negra
Marina pálida como mula nueva y la bruta rabona de la Pancha arruinándole a
culazos revolcándose lo mismo que golondrina salvaje en los
cementerios de la porquería hermosa y babosa como dios borracho hasta la cacha
miren cómo va cantando el reputas de Raimundo a la grupa de las carretas
costaneras arando en la obscuridad cerebral con la yunta grandiosa
y todavía la putita fina de "las
parralinas" la de los senos chiquitos y
parados campanas del
mundo hablando en el
jardín amoral sus luces ingenuas e
ingenuas la de los ojos
honrados arriba de las
proxenetas la
flaquita que maneja un pescado de
rubí y es como gata de invierno
entonces maduran las
callampas hacia el sol
desnudo prudentes vidrios
celestes y un olor nacional a hoja
podrida un olor genital a noria tranquila o viñedo trasatlántico
encumbra el volantín de las
provincias la bola profunda del
astrónomo y del encendedor de naciones
el globo del juez testarudo y educa astros
claros con ese hilo fuerte para
siempre que amarra mundos y
muertos tira carcajadas contra el
cielo y un mar antiguo ciñe su cintura
alegremente como idea de cadáver
honorable alegremente
alegremente danzando en pelotas Raimundo
a horas
tremendas Chile retumba en los
bramidos en las palancas de Raimundo
Contreras el bruto
Pablo de Rokha